Necesito de un acto de brujería para ganar un premio nacional
Para Blacky, Missy, Snooky y el Arana
“Un año viviendo del estado
El estado perfecto
Haciendo nada”
Gerardo Arana
Escribo sobre los llantos
lleno libretas
armo unodostrescuatro
27 poemarios
en los que hablo de mi padre
de su muerte
y la de mi infancia
Los leo todos
Los corrijo todos
Los bendigo
Algunos son diferentes
Otros podrían ser buenos
En muchos de ellos
hay tantas lamentaciones
que podrían acaso si las cosas se dieran
ganar algún premio nacional
alguna beca quizá el pan de esta tarde
Afuera mis perros ladran
a veces corren entre ellos
Su vida es fácil
no tienen versos entre ceja y ceja
que harían bien en olvidar
No tienen palabras entre los dedos
que harían bien en dejar sueltas
Ni siquiera tienen la manía
de escribir cada equivocación
cada tachadura
marcada en el papel
del rostro y los años
que no dejan de pasar sobre el cuerpo
Tocan a la puerta
Los carteros son verdugos del mundo
y los recibos de luz
su sentencia mensual
al mal morir
Pienso en el dinero
y la tanta falta que falta
para completar la renta
Si ganara el Aguascalientes
no tendría estos problemas por un año
Si obtuviera el Elías Nandino
quizás mis talleres estarían llenos
Si al menos por gracias y obras de Shangó
me dieran el Amado Nervo
podría acaso por lo menos quizá
ser un poco más respetado
Pienso en velas negras
cartas amarres huevos
en un hombre conocido
de nombre ajeno
o una mujer de cabello erizado
cantando oraciones
escupiendo el mezcal sobre mi rostro
que haría mejor en beber
Los perros siguen ladrando
Alguno de ellos el más grande
necesita salir a correr
explotar sus energías no gastadas
en un apartamento pequeño de Tepic
Los perros no entienden de palabras
ellos no saben de construir poemas en las nubes
y llamarlos distinto
acomodarlos distinto
poner tu mismo nombre en plicas distintas
y mandar a unadostrescuatro
27 convocatorias distintas
y que en esas unadostrescuatro
27 convocatorias distintas
idénticas al año pasado
premien otro mismo nombre distinto
Quizá debería rendirme
vender alguno de mis órganos funcionales
El menos peor
y descansar fielmente de los malos hábitos del verso
Quizá debería conseguir un trabajo de pie sobre la tierra
y dejar de pensar en palabras sobre nubes
pactos diabólicos
o brujerías que cambien alguno de mis ojos
medianamente malos
por la gloria y el dinero de un premio nacional
Quizá debería escuchar a mis perros
Los perros solo saben de ir a correr
tomar la palabra ladrido
el beso lengua
el llamado damedecomerya
teamomuchohumano
y jugar ser felices
sin versos entre ceja y ceja
sin poemarios
sin convocatorias que premien
otra vez
a alguien +
Domingo 12 de Junio
existe una ironía perversa en tener resaca
en llenar los precipicios internos
con el aromático sabor de un mar
con los después muros bailados desinhibidos
brazos de una extraña que solo
por esa noche habla como casa
como agua de limón para la comida
a las justas dos de la tarde
pero estos son espejismos
uno despierta con los ascos
entre los amaneceres de domingo
que giran caleidoscópicamente
hasta llegar al vómito
hasta llegar al aborrecimiento de uno mismo
al asco
tan infinitamente eterno
tan angostamente amplio
tan oscuro
y tan tan tan secamente vacío
que solo nos permite vomitar
para empezar a pistear de nuevo
con la firme convicción de llenarlo
y volver a vomitar
Credo
Creo en el diclofenaco sobre todas las cosas
en su omnipotente fusión vitamínica
amarga ruina de migrañas
necesaria amnistía de crudas
visibles e invisibles
Creo en su efectividad que es una:
Analgésica antipirética y antinflamatoria
de seguridad no-selectiva ante el recuerdo nocturno
ante las hazañas diarias de vivir la vida diaria
de los números meses cayendo
sobre las horas fuego
de quema infinita
creo en la comunión de los analgésicos
y en el perdón de las resacas
Confieso el exceso y la automedicación
así como la fractura de los comprimidos
y la diaria toma
para el perdón de mis pecados
Espero reincidir pronto
Confesarme
ante la fresca frescura del marino marisco
y el pronto alivio de mis dolores enfermos
así como el olvido perpetuo
de todas mis -y sus-
tardesnochesdías de malacopa
Pecera
Estoy de pie
en este mundo que
no conforme
con no parar
me hace girar
con él
Dentar
Pienso en escribir algo nuevo
Trato de encontrarme acurrucado
bajo la sombra que deja la lluvia
cuando se marcha
y persiste la tarde
Me resisto
algo dentro como una llaga
supurando costras y años
me grita que no
que las sombras y las lluvias no combinan
que es una aberración semántica
con tres ojos dieciséis bocas veintiocho oídos
y un único culo
imposible fertilizante para un árbol de naranjas
un campo repleto de ciruelas
o yacas o siquiera un cactus
que al ser cortado nos salve de la sed
de las neblinas y las avispas que pican
e inflaman la clara visón de las palabras
Por eso intento escribir algo a estas horas
para drenar la nubosidad
y que los poemas de leche
abran paso a los definitivos
Sergio H. García (Nayarit, México. 1995). Dirige Ediciones del Olvido desde 2021. Lo han publicado en antologías como Detrás del velo: sobre los sueños y la muerte: antología de escritores mexicanos (Catarsis ediciones. 2020), Celeste: Antología de poesía mexicana (Winged. 2022), Diásporas del abismal: Antología de poetas mexicanos y ecuatorianos (Lunada Ediciones. 2020); así como en distintas revistas de distribución nacional como Tierra Adentro, Los Demonios y los Días, Círculo de Poesía, Periódico Poético, Revista Zur o Revista Alcantarilla. Becario del programa Los Signos en rotación, Festival Interfaz ISSSTE-Cultura Guanajuato 2018, beneficiario del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico Nayarit 2023. Autor de Que Ninguna tormenta se acerque (Crisálida Ediciones, 2021) y Tengo la boca llena de tierra (Buenos Aires Poetry, 2023).