Me gusta el mutismo
de las tantas horas,
me permite ver mejor
la realidad escurridiza
que en el día es piscina
de naufragios varios,
el racismo
la precariedad
la insignificancia
de lo ajeno,
el hambre
sin techo.
HAMBRE
Creo que voy a dormir,
pero me acuerdo
del cajero-cama-de-cartón sin sueño
hogar del capitalismo:
el verdadero azote
de nuestro
tiempo.
Ya el intelecto
sale sobrando
ante la globalización
de la locura,
ante el devenir
de tanto encierro
ante la brutalidad
de estos tiempos,
no es que ser inteligentes
nos salve de cualquier cosa
no es que ser productivos
nos proponga un bienestar estático.
La peste moderna
es la hiper-racionalidad,
que no el raciocinio,
Psicodeflación-Berardi
de todos los asuntos
que a unos cuantos poderosos se les otorga
sobre lo que a todos compete.
Que separan la senti-lógica,
el proceso de la emocionalidad
de cualquier decisión
financiera o monetaria
de los monstruos del capital.
La especulación, su triste invento:
Time is money
cuando el tiempo nunca existió.
Humano, que no se sienta animal
ese que se piensa superior a un búfalo
o más grande que una frágil mariposa,
estará perdido.
Para M.
Eras la fuente
de la que bebí ese día
agradecí la piel
que te cubría entonces,
como un manto
estrellado,
ante la belleza humana
ante lo vivo
me arrodillé
y recé esa noche.
LA ESTAMPIDA
(fragmento)
Hago un doctorado
(nuestro legado de las cosas)
las oraciones tibetanas
y a lo que el uno nos lleva:
de lámparas que sustituyen grandes bombillas
que me prepara para ser docta
y eso, a pesar de todo,
en mi pared,
la que, entre tantas palabras,
desde esta experiencia viva que soy,
en el techo de las tardes,
de mi generación,
todo frente a mí
que en estampida
quería desaparecer.
Mi familia inventada se muda,
algo dentro de mí se mueve.
como símbolos
ya no sé lo que es estar sola de mí,
en la puerta del cuarto,
de esta página,
jugosas reparaciones
en el placer de
la sola acción
esas palabras
las llaves que me entregaron a mí.
Alguna evolución
de ser mi propio nombre
ningún nombre en absoluto,
en el acto de leer
es meditación.
Todo está conectado.
Aquí ordeno palabras
este artefacto que llamamos libro
generando símbolos
que se desplazan
hacia la sala
las llaves que me entrega una vecina
que debes tomar
comunicar
el placer
poco aparente
de una generación
perdida de escritores
que me interesa,
que en silencio
nos está sucediendo,
que aún no encuentro,
se incrusta en
esos nombres
para comunicar
de no ser docta, aún,
en el arte de vivir.
Despertar.
Mi silencio, el que aprendo:
simbólico, atronador o pacífico
se vuelve este poema
que tú terminas
escribiendo
mudo.
Áncora y La estampida del silencio (2021, Garvm)
Sofía Sánchez (México, 1992) Poeta, cantora y editora mexicana. Licenciada en Ciencias
de la Comunicación por la UASLP y Máster en Escritura Creativa por la Universidad de
Sevilla. Creadora del fanzine de literatura y artes Punto Muerto (Premio Estatal de
Periodismo de San Luis Potosí, 2014). Fundadora de Editorial Torbellino. Ha publicado,
entre otros, los poemarios: Los poemas de un monstruo o una rosa (2013); Los astros
(Ediciones En Huida, 2018. Premio de Poesía Luis Cernuda); o Bisontes de luz (2019,
Editorial Ultramarina C & D), cuya traducción al alemán está en curso. En 2020 publica su
obra de teatro: Arrodillarse en la boca crispada de las hadas (El Libro Feroz) y en 2021,
Áncora y La estampida del silencio (Garvm). Su libro más reciente, Las fieras subterráneas
(2024, Sonámbulos Ediciones). Aparece en la Antología Polaco-Española, Logos (2021),
en las antologías: Hey, Jack Kerouac. La huella beat en la poesía en lengua española Vol. I
y II (2022, La Oveja Negra) y en Matria poética, una antología de poetas migrantes (2023,
La imprenta). Es Doctoranda en Comunicación por la Universidad de Sevilla.